Hoy es el día de los enamorados, y además, mi cumpleaños.
Y entre los muchos regalos que he recibido, han llegado a mi casa este par de personajes.
Le tomo prestada la foto a Elena, su creadora, porque en mi entusiasmo por prepararles la escena a tiempo para este día, no me paré a hacerles fotos antes de acabarla.
Se llaman Rombo y Requesón. Y tienen una historia emotiva y tierna que deben leer AQUÍ , en el blog de Elena,
para entender la segunda parte que os voy a contar ahora.
Como cada mañana, Dana y Madelaine, salen a pasear al Parque de la Alameda.
No podían imaginar, cuando iban caminando de la mano, que esa mañana de febrero, les esperaba una gran e increíble sorpresa...
Y es que mientras ellos subían y bajaban hasta casi tocar el cielo, entre risas, sus padres, hablaban en un rincón del parque....
Lo que se dijeron, no lo oí. Pero pude ver el brillo de sus ojos, el rubor de sus mejillas. Pude verles susurrarse al oido...
Y pude ver como Rombo sacaba del bolsillo el precioso collar de perlas, y con ternura, se lo ponía a una embelesada Dana...
Y cómo sellaban con un amoroso beso, lo que sería el futuro de los cuatro.
Una historia tan hermosa con final feliz se merece ser plasmada en una escena.
